lunes, 2 de octubre de 2017

CHERRY HILL

Michelle García

T. Perfilación Criminal
Ensenada, Baja California, México.
Equipo C&C // Editora IF

La penitenciaría Estatal Oriental, también conocida como “ESP”, es una antigua prisión Estadounidense ubicada en Filadelfia, Pennsylvania. Estuvo en funcionamiento desde 1829 hasta 1971, siendo la estructura pública más grande y costosa que jamás se hubiera construido; sin embargo, se convirtió en un modelo para más de 300 prisiones alrededor del mundo.

En 1787 un grupo de ilustrados se reunieron para formar una asociación la cual se hacía llamar “Philadelphia Society for Alleviating the Miseries of Public Prisons” , Uno de ellos, Benjamín Rush, expresó el propósito de construir una verdadera penitenciaría, donde el edificio estuviera destinado al arrepentimiento del delincuente, dando como resultado una Pennsylvania ejemplar para el mundo civilizado. De aquí surge el llamado modelo Pennsylvania, el cual consistía en una reclusión permanente en celdas individuales, un confinamiento solitario donde había aislamiento completo de los presos y un silencio total.

Se construyó en 1826 con una inspiración directa del modelo de Bentham; sin embargo, en esta los muros eran mucho más gruesos y las ventanas eran muy pequeñas, por lo cual era imposible pasar suficiente luz o una vigilancia efectiva como la del panóptico.

Los pasillos fueron diseñados para tener una sensación de Iglesia, en cada celda tenían un tragaluz pequeño por el cual recibían la única luz del lugar, esto con el fin de aparentar un lugar religioso, se le conocía como “el ojo de Dios”, sugiriendo que Dios siempre los estaba observando.

Fuera de la celda había un área para ejercitarse, encerrada por altos muros con el fin de que los prisioneros no pudieran comunicarse unos con otros, también se les permitía tener mascotas en su pequeño patio o cultivar jardines. 
Cuando un prisionero por alguna razón debía salir de su celda, un guardia de acompañamiento le envolvía la cabeza con una capucha para que no pudiera ver nada fuera de su celda y que no fuera reconocido por otros prisioneros.

A lo anterior se le hacía llamar “confinamiento solitario”, no se les permitía articular ni una sola palabra, no había comedor común, el carcelero se encargaba de llevar la comida silenciosamente al preso; Si los condenados intentaban comunicarse entre sí recibían castigos inhumanos; eran atados a una silla sujetando todo el cuerpo, y así pasaban días enteros. Otro castigo no menos cruel se basaba en duchar a los presos con agua fría y dejarlos a la intemperie durante la noche, castigo que resultaba fatal para muchos de los presos.

También se les encadenaba la lengua a las muñecas de manera que si intentaban luchar contra las cadenas la lengua se podía rasgar de forma fatal. A los peores presos se les metía en un pozo llamado “El agujero” durante dos semanas, era un pabellón subterráneo excavado bajo tierra, donde no tenían luz alguna, ningún tipo de contacto humano y escaso alimento.

Pero a pesar de todas estas horribles penas, tal vez el mayor castigo de todos era la propia soledad que debieron sentir durante años en total aislamiento.

Sin embargo, el sistema de confinamiento solitario finalmente se derrumbó debido a problemas de organización. En 1913, el estado abandonó oficialmente el sistema solitario y funcionó como prisión congregada hasta que cerró en 1970.

La prisión es actualmente un punto de referencia histórico nacional de los Estados Unidos de América, el cual está abierto al público como museo todo el año en un horario de 10:00 a.m. a 5:00 p.m.

REFERENCIA: 
Teeter, N. (1957) The prison at Philadelphia, Cherry Hill;: The separate system of penal discipline, 1829-1913. Temple University Publications by Columbia University Press.

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