Cualquier tema es bueno...Cualquier tema aquí visto no es de mi autoria, solo me gusta compartir....
viernes, 29 de septiembre de 2017
EL CORAZÓN DELATOR
Edgar Allan Poe
¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen… y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.
Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre… Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio… ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado… con qué previsión… con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría… ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente… muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente… ¡oh, tan cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches… cada noche, a las doce… pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dormía.
Al llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás… pero no. Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente.
Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando:
-¿Quién está ahí?
Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando… tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.
Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena… ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: “No es más que el viento en la chimenea… o un grillo que chirrió una sola vez”. Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que lo movía a sentir -aunque no podía verla ni oírla-, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación.
Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna.
Así lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso cuidado-, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre.
Estaba abierto, abierto de par en par… y yo empecé a enfurecerme mientras lo miraba. Lo vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el haz de luz exactamente hacia el punto maldito.
¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una excesiva agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel sonido también me era familiar. Era el latir del corazón del viejo. Aumentó aún más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un soldado.
Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin embargo, me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí… ¡Algún vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez… nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme.
Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuarticé el cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas.
Levanté luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco. Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano -ni siquiera el suyo- hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada que lavar… ninguna mancha… ningún rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba había recogido todo… ¡ja, ja!
Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora?
Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar.
Sonreí, pues… ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi víctima.
Los oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte, me hallaba perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes, mientras yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía percibir un zumbido en los oídos; pero los policías continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara… hasta que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos.
Sin duda, debí de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba… ¿y que podía hacer yo? Era un resonar apagado y presuroso…, un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre insignificancias en voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé espumarajos de rabia… maldije… juré… Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto… más alto… más alto! Y entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían… y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces… otra vez… escuchen… más fuerte… más fuerte… más fuerte… más fuerte!
-¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí… ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!
FIN
jueves, 28 de septiembre de 2017
EL SISTEMA ENDOCRINO Y LA CONDUCTA
El sistema endocrino tiene un papel bastante importante en la conducta, esto debido, a que las hormonas que se segregan dentro del mismo a través de las glándulas intervienen dentro de diversos procesos en el cuerpo humano como son: el crecimiento, la reparación, la digestión, la homeostasis y la reproducción sexual de los seres humanos, generando cambios incluso bruscos en el mismo organismo.
El sistema endocrino se divide en 7 tipos de glándulas (tomando en cuenta a la glándula como aquella célula o conjunto de células que almacenan o segregan algún tipo de sustancia) las cuales son:
Glándula hipófisis
Glándulas suprarrenales
Glándula pineal
Glándulas gónadas
Glándula tiroides
Glándulas paratiroides
Páncreas
Estas glándulas segregarán a las sustancias denominadas hormonas, cuyo fin es el de influir en la función de otras células. Existe gran variedad de hormonas producidas por esté sistema, sin embargo, solo retomaremos algunas de las cuales al verse alteradas en su producción pueden ocasionar una alteración bastante notable dentro de la conducta del individuo.
Prolactina: actúa junto a otras hormonas para iniciar la secreción de leche por las glándulas mamarias. En la escala evolutiva, la prolactina es una hormona antigua, que sirve a múltiples funciones en el organismo.
Disminución: Síndrome de Sheehan, este síndrome tiene como resultado la ausencia de producción de leche materna.
Aumento: (Mujeres) Disminución de la función ovárica, la frecuencia de los períodos menstruales disminuye, o incluso pueden desaparecer por completo, presencia de síntomas de deficiencia de estrógenos, pérdida de deseo sexual, sequedad de la vagina, infertilidad, y con menor frecuencia, la lactancia anormal.
(Hombres) disminución de la secreción de gonadotropinas, y por lo tanto disminuyen la función testicular.
Surgimiento de trastornos sexuales, lo cual involucra una frustración dentro de la persona aumentando así su conducta agresiva o evasiva, en casos graves se puede llegar incluso a un estado depresivo o de alejamiento total de la pareja. Además, dentro de la madre surge el denominado “sentimiento materno”, lo cual le puede ocasionar una exagerada protección ante su hijo, teniendo conductas agresivas cuando considere estar en una situación de riesgo.
Adrenocorticótropina: Esta hormona regula la sensibilidad al estrés y la ansiedad, aumenta la atención y la concentración y despierta la memoria, además, proporciona un aspecto bronceado a la piel y participa en el crecimiento del cabello.
Disminución: La disminución en la glándula suprarrenal puede dar surgimiento a pérdida de peso, falta de apetito, debilidad, náusea, vómito, actividad hipocinética del corazón, irritabilidad gástrica y una presión arterial baja
Aumento: crecimiento excesivo de dicha glándula o tumores en ella.
Surgimiento de trastornos alimenticios, al tener influencia en el estrés y ansiedad puede generar un manejo inadecuado de la frustración actuando con agresiones, además de poder existir psicopatologías en la función de memoria.
Endorfinas: Las endorfinas tienen un rol importante en la recuperación y tiene funciones esenciales para la salud: Promueven la calma, crean un estado de bienestar, mejoran el humor, reducen el dolor, retrasan el proceso de envejecimiento, potencian las funciones del sistema inmunitario, reducen la presión sanguínea, contrarrestan los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad, ayudan a reducir los síntomas de cansancio y la recuperación también.
Aumento: En nuestro interior no sentiríamos dolor alguno y ese es el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para indicarnos que algo no anda bien.
Disminución: Estado vulnerable, mayor propensión a enfermedades.
Con un exceso de ellas no detectaríamos los peligros por lo que estaríamos en un constante estado de experimentación sin medir consecuencias es decir estaríamos inmersos en constantes conductas de riesgo, además de la aparición de conductas depresivas.
Melatonina: Se produce, principalmente, en la glándula pineal, y participa en una gran variedad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos, como controlar el ciclo diario del sueño y disminución de oxidación.
Los déficits de melatonina pueden ir acompañados de insomnio y depresión lo que se verá acompañado de niveles altos de estrés y cansancio ,por lo que , las respuestas conductuales de la persona pueden aumentar en niveles de agresión.
Oxitocina: es una hormona relacionada con la conducta sexual, con la felicidad y con el sentimiento maternal y paternal. Contribuye a modular el estado de ánimo, así como a fraguar las relaciones sociales entre las personas. Por su papel en el cuerpo humano, recibe varios apodos, como el de “la hormona del amor”, “la hormona de la felicidad” o “la hormona de los mimosos”.
La oxitocina tiene un papel relevante en la conducta del individuo , debido a que participa de forma activa en el control de las emociones humanas, y se la ha relacionado con ciertos comportamientos como el vínculo padres-hijo, la fobia social, la empatía, y la capacidad de aprendizaje y la memoria.
Adrenalina: La adrenalina es una hormona que segregan las glándulas suprarrenales. La sustancia tiene la capacidad de contraer los vasos sanguíneos, dilatar las vías respiratorias y aumentar la frecuencia cardiaca.
El organismo segrega adrenalina cuando se siente amenazado o en peligro. Este proceso constituye una respuesta fisiológica ante diversas situaciones, que preparan al individuo para huir del riesgo o para luchar contra aquel o aquello que lo amenaza, esto hace surgir a los denominados ataques de pánico, los cuales más allá de buscar una conducta agresiva, se enfocan a la protección de la integridad de la persona.
Tiroxina: es una de las hormonas producidas por la glándula tiroides que ayuda a regular el sistema suprarrenal, y juega un papel en la energía, el crecimiento normal y el desarrollo, la capacidad de mantener un peso saludable, y la estabilidad en el estado de ánimo.
Disminución: hipotiroidismo.
Aumento: hipertiroidismo.
Siempre que exista una disminución o exceso de la misma afectará notablemente el estado anímico de la persona, haciéndolo más propenso a reaccionar de manera impulsiva sobre todo cuando existe hipertiroidismo.
Cortisol: El cortisol es considerado la hormona del estrés pues el organismo la fábrica ante situaciones de emergencia para ayudarnos a enfrentarnos a los problemas. Cuando se produce una situación de alarma y estrés nuestro cerebro envía un mensaje a las glándulas adrenales para que liberen cortisol, esta hormona hace que el organismo libere glucosa a la sangre para enviar cantidades masivas de energía a los músculos.
Cuando existe un exceso en la producción del cortisol se dan diversos síntomas que afectan en la conducta de la persona, pues lo hará reaccionar de una manera más agresiva ante estímulos de la vida diaria. Estos síntomas son: Falta de sentido del humor, irritabilidad constante, sentimientos de ira, ganas de llorar, síntomas físicos, cansancio permanente, aunque no hagamos nada, dolores de cabeza, falta de apetito o gula desmesurada, pérdida de memoria debido a que el nivel alto de cortisol daña la conexión entre células cerebrales y disminución de las defensas.
No cabe duda de que la relación bio-psico-social nos abre las puertas para poder entender más a fondo el porqué de las diversas conductas dentro de la sociedad. Lo mencionado con anterioridad solo es una pequeña parte de dicha explicación, pues, las hormonas tienen gran influencia a nivel biológico sobre el individuo, haciéndolo más susceptible a responder a situaciones cotidianas con niveles elevados de agresividad y espontaneidad o en su caso contrario con desinterés e indiferencia. Muchas veces no es que la persona busque estar inmersa dentro de algún hecho antisocial, asocial o delictivo, si no que dicha conducta puede ser a consecuencia de una alteración hormonal. Por ello, es de suma importancia tomar énfasis en el sistema endocrino, y así, al tener conocimientos en esa área, podremos solicitar un estudio clínico por parte de un experto, haciendo que nuestro trabajo sea lo más estricto y riguroso posible, para dar conclusiones más precisas, prontas y verídicas.
PARAFILIAS
Por: Elide Quian. Cd. Obregón, Son.
Una parafilia es un determinado patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer surge a partir de comportamientos peculiares, en los que se pueden ver involucrados objetos y vestimenta determinados. Este comportamiento es considerado un desvió sexual, puesto a que sobre pasa los comportamientos naturales en los que se realiza. Como es el sadismo la obtención de placer al realizar actos de crueldad o dominio. Este disfrute puede ser de naturaleza sexual y consensuada, en cuyo caso se considera una de las parafilias que se engloban bajo el acrónimo BDSM.
La parafilia es considerada un acto inofensivo puesto que se requiere de la aceptación de ambas partes para llevarse a acabo y por qué generalmente no efectúan un daño como tal. Sin embargo existen excepciones donde la parafilia puede ocasionar daño físico y psicológico tal es el caso de la pedofilia la cual consiste en obtener placer al tener relaciones con niños. Enseguida hablaremos acerca de solo algunas de las diversas parafilias existentes.
FORMICOFILIA: Excitación sexual al reptar hormigas, caracoles, gusanos o animales pequeños e insectos sobre los genitales.
CAPNOLAGNIA: Es un fetiche sexual basado en la visión o en la imagen de una mujer fumando.
ASFIXIOFILIA: Se la llama también estrangulación erótica. Consiste, básicamente, en jugar a estrangular a la pareja sexual.
AGONOPHILIA: Excitación proveniente de una lucha con la pareja.
AUTOASASINOFILIA: Fantasía masoquista de ser asesinado.
HEBEFILIA: Atracción por niñas púberes (etapa de la pubertad).
HEMATOFILIA: Consiste en el amor o placer desenfrenado por la sangre recién derramada (si es el derrame proviene de la menstruación, la parafilia se denomina menstruofilia).
SITOFILIA: Es la utilización de la comida con propósitos sexuales, como utilizar pepinos o filetes para masturbarse. (Muy común en mujeres)
SOMNOFILIA: Acariciar y realizar sexo oral a una persona dormida hasta despertarla.
TAFEFILIA: Excitación proveniente de ser enterrado vivo.
UROFILIA: La única excitación proviene de orinar o ser orinado por la pareja.
XENOFILIA: La excitación sólo se produce ante parejas de distintos países.
ZOOFILIA (bestialismo): La excitación sexual se produce solamente con animales.
NECROFILIA: Atracción que siente una persona hacia la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con ella.
EXHIBICIONISMO: que es el que practican aquellas personas que obtienen placer mostrando de manera deliberada y pública sus genitales.
LAS 4 DIFERENCIAS ENTRE VIOLACION Y ABUSO SEXUAL
La existencia de abusos y agresiones sexuales es desgraciadamente una realidad incluso a día de hoy. No es infrecuente que podamos por las noticias o leer en un periódico la ocurrencia de un caso.
Cuando hablamos de estos fenómenos, es frecuente que usemos indistintamente términos como abuso sexual o violación, empleándolos como sinónimos, Sin embargo, en realidad ambos conceptos no implican necesariamente lo mismo. En este artículo vamos a ver cuáles son las principales diferencias entre violación y abuso sexual.
La violación y el abuso sexual: conceptualizando
Tanto violación como abuso sexual son ambos delitos sexuales tipificados y penados por ley, que pueden causar a sus víctimas grandes perjuicios y secuelas físicas y psicológicas, temporales o permanentes.
En ambos casos se observan comportamientos de tipo sexual y agresivo que se llevan a cabo sin que una de las partes consienta. Los efectos psicológicos que tiene la vivencia de este tipo de actos son de amplio alcance en el tiempo.
Esto ocurre en ambos casos, pudiendo generar sensaciones de indefensión (la víctima ha sido agredida o alguien en quien confiaba se ha aprovechado de ellos), disminución de la autoestima e incluso pudiendo generar trastornos como el de estrés postraumático, cambios de personalidad, desconfianza y recelo hacia los demás, alteraciones de la vinculación afectivo y la sexualidad, ansiedad o depresión o intentos de suicidio, entre otros.
Si bien la violación podría ser considerada un tipo de abuso sexual, y a menudo se identifica como tal, existen diferencias. De hecho, lo cierto es que por lo general no se identifica como tal sino más bien como agresión sexual. Para ver más claras las diferencias primero es necesario definir primero cada uno de los términos.
VIOLACIÓN (SEXUAL)
Se entiende por violación la realización del coito o acto sexual llevado a cabo mediante la fuerza o intimidación, no consintiendo una de las partes implicadas o no disponiendo de los medios para ser capaz de consentir (por ejemplo, por habérsele suministrado drogas o por estar en un estado alterado de conciencia).
Además, el concepto de violación supone la existencia de penetración, pudiendo ser ésta vaginal, anal o bucal. En los dos primeros no es necesario para ello que la parte agresora utilice los genitales, siendo también violación cuando se penetra con otras partes del cuerpo o incluso objetos.
Por lo general la violación se produce mediante el uso de la violencia, siendo un acto de agresión sexual en el que se produce contacto físico. El objetivo del o de la atacante pueden ser múltiples, no precisando que sea el de obtener gratificación sexual. De hecho, a menudo el agresor busca satisfacer su necesidad de poder independientemente, empleando el sexo como elemento de dominación de la víctima.
Abuso sexual
El abuso sexual hace referencia a todo acto llevado a cabo por una o varias personas y que supongan la limitación de la libertad sexual de otra u otras sin que éstas últimas consientan o puedan/tengan capacidad para consentir. Como abuso que es, requiere que la parte atacante haga uso de alguna característica, poder o situación que ponga a su víctima en desventaja. No se emplea la violencia física (en cuyo caso estaríamos ante una agresión sexual), pero el abusador emplea la manipulación, engaño, sorpresa o incluso coacción para conseguir sus objetivos.
Son múltiples los actos que suponen un abuso sexual: toqueteos, masturbaciones, acoso, obligar a alguien a observar la realización de actividades de índole sexual o forzar a la víctima a mostrar su cuerpo valiéndose de una posición de superioridad son ejemplos de ello. El más prototípico son los toqueteos. Algunas parafilias como el frotismo o el exhibicionismo se podrían considerar como tal.
También se incluye como abuso sexual el hecho de realizar actividades forzadas o en contra de la voluntad de la parte afectada aún cuando haya accedido a mantener relaciones sexuales voluntariamente. Por ejemplo, el stealthing sería catalogado y penado como abuso sexual.
Principales diferencias entre violación y abuso sexual
Aunque relacionados, el abuso sexual y la violación no implican lo mismo, existiendo algunas diferencias clave entre ellas. A continuación se destacan algunas de ellas.
1. Uso de la violencia física
La principal diferencia que distingue ambos conceptos es la presencia o ausencia de violencia física e intimidación, entendiendo violencia física como acciones orientadas a impedir los movimientos de la otra persona o a provocar dolor y heridas.
En el abuso sexual no se emplea necesariamente la fuerza o la violencia física para someter a la persona abusada (aunque puede aparecer en algunos casos). Por ejemplo se puede emplear la persuasión o el desconocimiento de lo que está ocurriendo (es lo que ocurre en gran parte de los casos de abuso sexual infantil o hacia discapacitados).
Sin embargo en el caso de la violación, como agresión sexual que es, por lo general se emplea el uso de la fuerza, la intimidación o el uso de sustancias que ponen a la víctima en situación de vulnerabilidad al no ser capaz de consentir o negarse o bien que disminuyen su estado de conciencia.
2. Existencia de penetración forzosa
Además de que aparezca o no violencia, una de las principales características de la violación es que en ella aparece necesariamente la penetración o acceso carnal (sea con partes del cuerpo u objetos) forzada o inducida en contra de la voluntad de la parte agredida.
En los abusos sexuales sin embargo no es necesario que exista penetración. Como ya hemos dicho, se considera como tal todo acto que coarte la libertad sexual mediante medios que no sean la violencia física, no siendo imprescindible para ello necesario que exista un contacto físico entre ambos sujetos o que si se da se lleve a cabo con la intención de consumar el acto sexual.
Sin embargo hay que tener en cuenta que se pueden mantener relaciones sexuales y que sean consideradas abuso si lo que media no es la violencia sino la manipulación o el aprovechamiento de superioridad, como en el estupro (en este caso se sigue considerando abuso aún si la víctima consciente).
3. Percepción de los hechos
Otra diferencia clara se da ante la percepción de los hechos por parte de las víctimas. La víctima de violación es casi siempre consciente de lo que está ocurriendo y de que ha sufrido una agresión desde el mismo momento en que ocurre (a menos que estemos hablando de un caso en el que se han utilizado sustancias que alteran la conciencia). Si bien en muchos casos no lo hacen por miedo o por otras circunstancias, suelen ser conscientes de que han sido víctimas de un delito y que deberían denunciar o explicárselo a alguien.
Sin embargo, si bien en muchos casos de abuso sexual la víctima sí es consciente de estar siendo abusada, en otros muchos puede no serlo.
Es posible asimismo que no se viva inicialmente como algo adverso, desconociendo lo que implica o la gravedad de los hechos. Justamente eso es lo que ocurre en algunos casos de abuso sexual a menores en que inicialmente el menor puede creer que es un juego secreto entre el abusador y él, no siendo consciente de lo que ocurrió realmente hasta mucho tiempo después.
4. Penas impuestas
Ambos tipos de delito son graves y penados por ley, pero por lo general encontramos que los actos de agresión sexual son más penados que los de abuso. Por ejemplo, la violación se castiga con penas de entre seis y doce años de prisión (ampliables si se dan determinadas circunstancias agravantes).
En los abusos sexuales la pena a aplicar va a variar enormemente según el tipo de acto realizado. En el caso de que exista acto sexual o algún tipo de penetración las penas oscilarán entre los cuatro y diez años.
La violencia a través de la dominación y el sexo
Hay que señalar que tanto las violaciones como los abusos sexuales pueden entenderse como fruto de serios problemas de conducta y de adaptación a la sociedad, lo cual relaciona estas acciones con la parafilia. Los atacantes son personas que expresan sus impulsos violentos y su búsqueda de la dominación de otros mediante la violencia y la manipulación.
Sin embargo, eso no significa que sus causas sean neurológicas: muchas veces, estos trastornos aparecen como consecuencia de un proceso de socialización deficiente.
Oscar Castillero Mimenza
Redactor especializado en psicología clínica.
LAS 4 DIFERENCIAS ENTRE ABUSO Y MALTRATO
Aún hoy en día es relativamente frecuente que oigamos en las noticias casos de malos tratos y de violencia de género o de pareja, de abusos a menores o de diferentes tipos de agresión a algún tipo de individuo.
A menudo aparecen términos como abuso y maltrato, que por lo general son utilizados como sinónimos. Sin embargo estos dos conceptos, aunque efectivamente están relacionados, no implican exactamente lo mismo.
En este artículo pretendemos establecer algunas de las principales diferencias entre abuso y maltrato.
Definiendo ambos conceptos
Para comprender las posibles diferencias entre los términos maltrato y abuso, es necesario en primer lugar comprender a qué corresponden o como se definen.
Definición de maltrato
Entendemos por maltrato a todo aquel acto realizado por parte de una persona hacia otra en el que se emplee la violencia o que tenga como objetivo causar un daño en el sujeto maltratado. El objetivo de la causación de daño puede ser altamente variable. Puede ser físico, psíquico, sexual, patrimonial...
Y no solo se considera maltrato la realización de actos, sino también su omisión siempre y cuando provoque perjuicios en el maltratado. Es posible que en algunos casos el maltrato no sea voluntario (por ejemplo se puede ignorar las necesidades de alguien causándole perjuicios sin tener necesariamente intencionalidad de provocarlos). Si bien pueden mediar relaciones de poder, no tiene porqué implicar una situación de desigualdad entre ambas partes de la que una de ellas se aproveche, en cuyo caso se estaría hablando de un abuso.
Definición de abuso
En lo que respecta al abuso, cuando utilizamos esta palabra estamos haciendo referencia a la existencia de una sobrelimitación con respecto a algo o alguien, aprovechándose el sujeto que lo lleva a cabo de un elemento, atributo o situación específicas que posee o le ha sido cedido para realizar un acto o lograr algo que no le corresponde.
Supone la existencia de una relación desigual. En el terreno interpersonal, un abuso hacia una persona supone la utilización o la causación de perjuicios a ésta por algún medio, generalmente empleando algún tipo de violencia física, psíquica, sexual, socio-económica o vicaria.
Principales diferencias entre abuso y maltrato
Aunque suelen utilizarse como sinónimos, los conceptos de abuso y maltrato tienen una serie de diferencias que hace que sean conceptos ligeramente distintos. A continuación explicamos algunas de las principales diferencias entre ambos.
1. Nivel de especificidad
El término maltrato incluye como hemos visto todo aquel acto perjudicial causado voluntariamente a una persona, ser o propiedad por parte de un sujeto. Ello incluiría también el abuso como un tipo de maltrato en que media la inequidad entre maltratador y maltratado.
2. Relación de poder
Una de las principales diferencias entre maltrato y abuso es que si bien ambos términos hacen referencia a la presencia de algún tipo de violencia o perjuicio causado a alguien o algo, en el concepto de abuso se incluye la noción de que existe un elemento que provoca que exista una relación de desigualdad entre ambos sujetos.
El elemento en cuestión puede ser muy variable, desde aspectos como la fuerza física, la edad y experiencia, la clase o posición social, la posición en la jerarquía de poder o simplemente la capacidad de manipulación o coacción hasta la existencia de un vínculo emocional entre ambos. La parte abusante se aprovecha de dicha desigualdad para dañar a la abusada.
3. Intencionalidad
Por lo general tanto en situaciones de maltrato como de abuso podemos encontrar que la parte agresora pretende hacer daño a la parte agredida. Sin embargo, existen algunos tipos de maltrato en que ésto no es necesario, como por ejemplo por desconocimiento de las necesidades de la parte afectada (como ocurre con algunos maltratos a animales) o por descuido.
Si bien a veces es posible que alguien esté abusando sin saberlo (por ejemplo que debido a su poder otra persona haga algo por él aunque no fuera la intención del sujeto aprovecharse de su posición), resulta mucho más habitual que el abuso sea completamente consciente y voluntario.
4. Uso habitual del término
Es frecuente que cuando hablemos de abuso lo primero que pensemos es en la existencia de violencia sexual. Esto es debido a que por tal de perpetrar este tipo maltrato la persona que abusa utiliza en su beneficio y a costa del otro su mayor fuerza física, edad, poder, la existencia de un vínculo afectivo, de emociones como el miedo o el temor o simplemente de la sorpresa para lograr dominar a la parte afectada y lograr cometer el acto. Ejemplos de ello los podemos encontrar en casos de violación, de acoso sexual o de abuso sexual infantil. También se utiliza con frecuencia para hablar de abusos de autoridad.
Por contra, cuando se habla de maltrato o malos tratos se suele hacer referencia a la existencia de violencia física y psicológica, en la que aparecen golpes, insultos y vejaciones.
A pesar de ello hay que tener en cuenta que en este punto se está hablando del uso habitual que se le da a los términos, no dejando de ser el abuso un tipo de maltrato.
Oscar Castillero Mimenza
Redactor especializado en psicología clínica
lunes, 25 de septiembre de 2017
10 MITOS SOBRE EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
1. LOS ABUSADORES SON PERSONAS DESCONOCIDAS PARA EL NIÑO
Según datos ofrecidos por las diversas asociaciones del abuso sexual infantil, más del 80% de los abusos sexuales son cometidos por personas del entorno familiar del niño.
Puede que a uno se le pongan los pelos como escarpias al leer esto y pensar que es imposible. La realidad es la realidad, por ello, muchas veces los abusos sexuales en la infancia quedan silenciados por el entorno familiar o por el miedo de los propios niños, que no entienden esa forma de querer que tiene un progenitor o un abuelo hacia ellos.
A veces, incluso llegan a la adolescencia o a la vida adulta sin saber que esa forma de querer no era sana, ni normal, ni buena.
2. LOS ÚNICOS QUE ABUSAN SEXUALMENTE DE LOS NIÑOS SON LOS HOMBRES.
Los datos recogidos por los diferentes estudios realizados sobre el abuso sexual infantil (ASI) muestran que la mayoría de ellos son cometidos por hombres.
Dicho esto, cuando se dice mayoría, es que hay casos en los que el abusador es una mujer y no por ello los abusos son menos dañinos o graves.
3. SOLO OCURREN EN PAÍSES MENOS DESARROLLADOS
La realidad muestra que los abusos sexuales ocurren en todos los países, eso incluye España. En los medios de comunicación sólo escuchamos una mínima parte de la realidad, aquellos que son más morbosos pero hay muchos que no llegarán nunca a nuestro conocimiento.
Por tanto, quitémonos de la cabeza que los abusos sexuales sólo ocurren en países que se encuentran muy alejados del nuestro, que no ocurre en nuestra ciudad, ni en nuestro barrio, ni conocemos a nadie que haya pasado por esto.
La realidad es que los abusos sexuales en la infancia no se ven a simple vista, nadie lleva un letrero diciendo lo que ha vivido o lo que vive en su casa.
4. NO TIENE IMPORTANCIA, LOS NIÑOS OLVIDAN TODO.
¡FALSO! Muchos abusadores sexuales se escudan en que al ser tan pequeños no van a recordar lo que les ha ocurrido, que los niños son muy fuertes y se reponen de todo. La realidad es tan diferente…
Los abusos sexuales generan secuelas que pueden ser muy graves, da igual a la edad que ocurran porque estamos hablando de que se corrompe no sólo el cuerpo de un niño sino también su mente. Se le enseña un tipo de amor que no tiene nada que ver con el amor, se le puede chantajear con cosas, hacerle creer que él está queriendo lo que le ocurre y se le genera tal tipo de confusión que llega un momento en el que se rompe por dentro.
Los niños no olvidan y el cuerpo tampoco olvida.
5. Sólo se produce en familias desestructuradas o de nivel sociocultural bajo
El abuso sexual infantil no entiende de familias estructuradas o desestructuradas, tampoco de niveles culturales o económicos, ocurre en todo tipo de familias y hogares.
Los abusadores pueden ser encantadores cara a la sociedad, personas que jamás pensarías que tienen este problema pero no dejan de ser abusadores sexuales en el interior de sus hogares o con determinados niños.
Como antes mencionábamos sobre los países, no importa en qué lugar se resida, la cantidad de dinero que uno tenga en el banco o lo inteligente y culto que pueda llegar a ser. Uno de los grandes mitos es pensar que sólo los abusos sexuales ocurren en las familias menos cultas, rotas o más pobres.
6. Los únicos que sufren abuso sexual infantil son los niños varones
Los estudios de Félix López, catedrático de la Universidad de Salamanca, muestran que una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños sufren abusos sexuales antes de los 17 años en España.
Es cierto que es un estudio no tan actualizado pero las asociaciones claman porque no se silencie esta realidad, con que se hagan nuevos estudios para poder dar voz a este tipo de maltrato infantil que a veces se prefiere no ver.
No olvidemos que los abusos sexuales en la infancia suelen producirse en un entorno seguro para el menor o se suelen hacer bajo amenazas, por lo que suele clamar la ley del silencio y todavía son pocos los que se atreven a contarlo.
7. Nadie que tú conozcas ha sufrido ASI
Muchas personas consideran que esto no es posible, que las estadísticas del abuso sexual infantil en España están desfasadas o equivocadas, pero la realidad es que no es algo que una persona cuente abiertamente puesto que suele ir acompañado por temor a no ser comprendido, a generar lástima, se puede sentir vergüenza y culpabilidad, temor a que no les creen o que puedan rechazarles, a que les traten de una manera diferente por la situación que han vivido.
Hay quienes piensan todavía que no conocen a nadie que haya sufrido ASI en su vida porque si así fuera lo habrían notado o se lo hubieran contado abiertamente.
8. El ASI ocurre porque los niños excitan o provocan a los adultos
Algunos tendrán la respuesta muy clara a esta afirmación y otros puede que duden. Pues bien, permitidme que diga que esto es totalmente Falso.
Un niño no es culpable de sufrir ASI, los niños no tienen nociones de la sexualidad adulta ni entienden de excitaciones ni provocaciones tal como las entiende un adulto. El abuso sexual infantil se da en un entorno de poder y el adulto es quien tiene todo el peso, el menor sólo se deja cuidar por el adulto en quien confía.
Por tanto, el único responsable del abuso sexual infantil es el adulto, que es quien tiene que decidir qué es lo que hace con su propia excitación.
9. Las personas que han sufrido ASI se convertirán en agresores sexuales.
Según las asociaciones y los estudios realizados, sólo un pequeño porcentaje de las personas que han sufrido ASI se convertirán en agresores sexuales.
Cuando una persona trabaja su historia, lo que ha vivido en la infancia y cómo eso le ha podido repercutir en su vida adulta, la probabilidad de convertirse en agresor es menor. Es igual que aquellos que han sufrido maltrato infantil, no por ello te conviertes en maltratador.
10. Los ASI sólo son cometidos por adultos
La realidad, aunque es dura, difiere. Tanto adolescentes como niños pueden abusar de otros niños pero se suele entender o interpretar como un mecanismo de repetición de algo que han podido vivir, ver o que no entienden que no está bien.
Hay que diferenciar el abuso sexual infantil de los juegos sexuales infantiles que se suceden en estas edades y que tratan de conocer la propia sexualidad, las diferencias corporales y que no estaría tratándose de un juego de poder, habría consentimiento por ambas partes y suele hacerse desde la inocencia.
CONSECUENCIAS MENTALES EN VÍCTIMAS DE SUCESOS VIOLENTOS. TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)
Dra. Lilia Romero
Las secuelas psíquicas más frecuentes en las víctimas de sucesos violentos se refieren a la modificación que puede sufrir la personalidad de la víctima; es decir, a la aparición de rasgos de personalidad nuevos, estables e inadapativos; por ejemplo, dependencia emocional, suspicacia, hostilidad, labilidad emocional, etc. Los cuales llevan a un deterioro de las relaciones interpersonales y falta de rendimiento en varias áreas de la vida.
Por otro lado, cuando en el evento traumático existió el riesgo de perder la vida, existen graves consecuencias para la salud mental. La principal de estas es la alta probabilidad de desarrollar el llamado Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), cuyos criterios diagnósticos se encuentran tanto en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales, quinta versión) y el CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades, apartado F). Los eventos traumáticos experimentados pueden ser: exposición a la guerra como combatiente o civil, robo con violencia, abuso físico (abuso sexual, violación), secuestro, ser tomado como rehén, la tortura, desastres naturales, accidentes de tráfico graves, entre otros.
El TEPT puede ocurrir a cualquier edad, empezando a partir del primer año de vida. Los síntomas generalmente comienzan dentro de los primeros 3 meses después de evento traumático, aunque puede haber retraso de meses, incluso años (TEPT de expresión retrasada). El TEPT es más frecuente entre las mujeres que entre los varones. Este riesgo mayor en mujeres parece ser atribuible a una mayor probabilidad de exposición a eventos traumáticos, como la violación y otras formas de violencia interpersonal.
Es importante señalar de forma resumida los criterios que definen al TEPT (en mayores de 6 años, en menores de esta edad los criterios son diferentes).
A. Exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza, en una o más de las formas siguientes:
1. Experiencia directa del suceso traumático
2. Presencia directa del suceso traumático ocurrido a otro
3. Conocimiento de que el suceso traumático ha ocurrido a un familiar próximo o a un amigo íntimo.
4. Exposición repetida a detalles repulsivos del suceso traumático (ej. Socorristas que recogen restos humanos; policías repetidamente expuestos a detalles del maltrato a terceros)
B. Presencia de uno (o más) de los síntomas de intrusión siguientes asociados al suceso traumático, que comienza después del hecho.
1. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos del hecho traumático.
2. Sueños angustiosos recurrentes que tiene que ver con el suceso traumático
3. Reacciones disociativas (de desconexión del entorno)
4. Malestar psicológico intenso o prolongado al exponerse a factores que recuerdan al suceso traumático
5. Reacciones fisiológicas intensas a factores que recuerdan al suceso traumático.
C. Evitación persistente de estímulos asociados al suceso traumático. (evitación de recuerdos, personas, lugares, actividades, objetos o situaciones que tienen que ver con el hecho traumatizante)
D. Alteraciones negativas del estado de ánimo asociadas al hecho traumático. (miedo, temor, culpa, vergüenza; incapacidad para experimentar emociones positivas como felicidad, satisfacción, sentimientos amorosos).
E. Alteración importante de alerta y reactividad asociado al hecho traumático. (comportamiento irritable, conducta autodestructiva, hipervigilancia, sobresaltos exagerados, problemas de concentración, alteración en el sueño).
Hay factores Peritraumáticos ambientales que favorecen la aparición de este trastorno: la gravedad del trauma (cuanto mayor es la magnitud de trauma, mayor es la probabilidad de desarrollar TEPT), el peligro vital percibido por la víctima, las lesiones personales, la violencia interpersonal (especialmente el trauma perpetrado por un cuidador o al presenciar cómo se amenaza a un cuidador de los niños) y, para el personal militar y policiaco, ser autor o testigo de atrocidades, o matar al enemigo. Finalmente, es un factor de riesgo la disociación, “desconexión emocional” que se produce durante el trauma que persiste después.
Así como hay factores que favorecen su aparición, hay factores protectores: los cuales son aquellos que, siendo tanto internos como externos, van a proteger al individuo de la posibilidad de desarrollar complicaciones mentales posteriores: apoyo y protección familiar, apoyo social próximo (amigos, grupos de autoayuda), apoyo institucional (centros de atención a víctimas, instituciones de salud mental).
Las consecuencias funcionales del TEPT, se asocia con altos niveles de discapacidad social, ocupacional y física, así como los costos económicos del tratamiento y los altos niveles de utilización de servicios médicos por enfermedades derivadas del TEPT (gastritis, migrañas, dolor muscular, dermatitis, etc.).
Como conclusión, el TEPT de forma ideal, debe ser tratado por especialistas de la salud mental, en un trabajo complementario entre psicología y psiquiatría, ya que los individuos que desarrollan este trastorno pueden necesitar hasta más de 12 meses para alcanzar unos niveles aceptables de calidad de vida; la enfermedad tiende a evolucionar de forma crónica en algo más de un tercio de los afectados. Las consecuencias de TEPT llegan a tal gravedad, que el índice de alcoholismo, adicción a drogas, divorcio, paro laboral se incrementan, y en algunos casos la víctima llega a suicidarse. Los eventos traumáticos como el abuso infantil aumentan el riesgo de suicidio en una persona, incluso al futuro, posterior a haber sido víctima de otro hecho traumatizante.
REFLEXIONES EN TORNO A LA CRIMINOLOGIA
Es cierto que la criminología en México (y en muchos más países) se encuentra en un proceso estático, donde no existe un avance riguroso. Es cierto que se producen cursos sobre esta ciencia con demasiada frecuencia, lo cual no es malo, pero sí lo es vender la ilusión de crecimiento en conjunto con una gran sarta de palabras que endulzan el oído, llenando de ilusiones a todos los que tienen un interés sincero y serio.
La criminología puede salir de su estancamiento fácilmente, pero no bajo los medios que actualmente se emplean. El postureo o «criminología de pasarela (personas que solo buscan ser famosos y se engordan de halagos) solo produce lo mismo: que nos volvamos una burla ante ciencias serias.
¿Cómo puede salir de su estado? La respuesta es muy sencilla:
Sin investigación científica, no hay criminología.
En principio, la idea parece sencilla, muy obvia, en realidad, pero, si cavamos más, notaremos lo siguiente:
► La investigación científica permite generar conocimientos respecto de la realidad observable. Estos conocimientos, pueden ser usados para hacer más grandes las actividades en las que los crimis podrían enfocarse, principalmente para la prevención de las conductas antisociales.
► La investigación científica es interminable. Regularmente se suele señalar que "no hay ideas para investigar en criminología", pero eso es gracias a las carencias en investigación que tienen los integrantes de esta ciencia. Un problema de investigación siempre dará lugar a nuevos problemas, y de ese modo, se convierte en algo interminable. Por otro lado, con el pasar del tiempo, esta actividad se vuelve adictiva (al menos, en mi caso).
► La investigación no solo supone el hacer ciencia. La criminología, al momento de intentar resolver un problema social en concreto, de violencia (la que sea), no puede llegar únicamente a observar, especular, y considerar las primeras ideas que le lleguen en mente para diseñar un programa de prevención, una estrategia criminológica (política criminológica). Esto solo ha generado el pensar que la prevención se realiza "dando conferencias en escuelas o cualquier otro medio social".
Para tener resultados adecuados, se tiene que investigar totalmente sobre el entorno problemático. Entre más rigurosa sea este, entre más variables tome en cuenta, las probabilidades de sacar del horno una estrategia criminológica efectiva (que sí sirva, fuera de dar charlas a lo bruto).
► Lamentablemente, me ha tocado, y le han tocado a otros colegas, presenciar el desprecio a la metodología, a la investigación, a la estadística y probabilidad. Se escuchan comentarios como:
Eso no sirve;
¿Para qué nos enseñan eso?;
Es bien aburrido;
Yo quiero aprender a disparar armas, no a procesar datos;
Eso de la investigación es de nerds;
Que lo haga otro;
Mi ponente favorito a escrito un libro. ¿Para qué tengo que esforzarme yo si otros lo hacen?;
Los libros no sirven, la práctica es lo importante;
No me gusta leer;
Etc.
► La investigación si existe en criminología, pero a niveles muy bajos y poco desarrollados y generalmente llevados a cabo de forma independiente. La mayoría de las ocasiones es realizada por investigadores que son externos a la criminología. Estas investigaciones se publican en revistas, mismas que, lamentablemente, tienen una difusión poco conocida dentro de las universidades. Es necesario fomentar la lectura de papers.
El panorama no es muy favorable, pero solo necesitamos encender la mecha para que se consuma rápidamente y se produzca un ¡BUM!
Es difícil hacer investigación en este campo, pero si sabemos jugar todas nuestras cartas, podremos hacer de esto una realidad.
MULAS: EL ESLABÓN MÁS DÉBIL DEL NARCOTRÁFICO
Conocidos con el nombre de mulas, transportan estupefacientes de un país a otro con métodos cada vez más ingeniosos y variados: en compartimientos ocultos en las valijas, en el calzado o vestimenta, y hasta dentro del propio cuerpo. Se trata de personas que ingieren cápsulas con drogas, generalmente cocaína o heroína, dentro de guantes de látex, preservativos, para evitar que los procesos digestivos normales arruinen la mercancía. La misión consiste en ingerir las cápsulas, transportarlas de un país a otro, expulsarlas, limpiarlas y entregarlas a otro miembro de la organización narco que esté a cargo de recibirlas. Mulas: ¿quiénes son los elegidos? Por lo general, a la hora de realizar la reclutación de mulas, desde el narcotráfico se busca a personas de muy bajos recursos y pobreza, en situaciones de gran vulnerabilidad, marginalidad, desesperación y falta de percepción de oportunidades para salir adelante, entre otros factores. Al aceptar transportar drogas se convierten en delincuentes a la vez que son víctimas de organizaciones criminales que se abusan de las condiciones en que viven las personas que acceden a este tipo de actividad. Les dan la seguridad de que no es una actividad peligrosa y que está todo arreglado. Los engañan y prometen condiciones de seguridad que luego no se cumplen. Y no siempre acceden voluntariamente. Muchas veces son engañados, extorsionados para que concreten la tarea, obligándolos a llevar las drogas por la fuerza y bajo amenaza sobre sí mismo o su familia. En otros casos son víctimas de redes de trata de personas. Un dato no menor es que la seguridad de los aeropuertos cuenta con un Escáner corporal, que detecta las cápsulas dentro del organismo, por lo cual no es casual que muchas de las mulas sean mujeres embarazadas, a quienes no las pueden someter a los rayos X, por lo cual es más difícil que sean detenidas. Son como un “envase” perfecto, aunque el más débil y físicamente comprometido. Falta de conciencia de los riesgos La decisión de ser mula por lo general se gesta en la combinación de una situación vulnerable de desesperación y desesperanza y una falsa concepción de que ésta es una actividad que generará dinero fácilmente. Es percibido como una posible oportunidad y modo de subsistencia. Pero este “trabajo” realmente de fácil no tiene nada: implica en primer lugar riesgos en la salud de la persona (intoxicación, obstrucción intestinal, peritonitis y si una cápsula se rompe, es muy probable que su transportador muera) y la expone a cometer un delito penado con prisión por tenencia y tráfico de estupefacientes. Esto va a depender del país en donde las mulas sean descubiertas. Hay países en los que las penas llegan hasta los 12 años de prisión, según cantidades traficadas y si hay o no colaboración en la detención y en la investigación posterior. En otros países como en China e Indonesia las penas a las que se enfrentan las mulas del narcotráfico pueden alcanzar la prisión perpetua y hasta incluso la pena de muerte. En el caso de Argentina, y según el informe "Encarcelamientos por delitos relacionados con estupefacientes en Argentina", 7 de cada 10 mujeres extranjeras presas son detenidas a partir de haber actuado como mulas. La gran mayoría de las mujeres presas son madres y tienen hijos pequeños, en situaciones de vulnerabilidad, desamparo y carencias tanto afectivas como económicas. Envases descartables Hace dos meses, una joven de 19 años apareció muerta en una calle céntrica de la ciudad de Buenos Aires después de que estallasen dentro de su estómago dos cápsulas de cocaína (de un total de 80). Según los testigos del caso, la joven fue arrojada de un vehículo, por lo que se cree que otras personas involucradas en esa red, frente a su fallecimiento, simplemente la descartaron. Un envase que ya no sirve hay que tirarlo. Las mulas dejan de ser seres humanos para los narcos, son un objeto necesario en la cadena de operaciones pero reemplazables. Muchos eslabones en la cadena narco Cuando esto funciona y se consigue llevar la droga al punto deseado, se da gracias a toda una gran red de cómplices, que va desde quien consigue y almacena el producto, quien recluta, quien transporta, quien entrega la sustancia, quien facilita los trámites para realizar el viaje, quien recibe la mercancía, y algún arreglo corrupto y necesario con personal de seguridad del aeropuerto o frontera. Tanto mulas como vendedores cometen delitos por los cuales son juzgados y encarcelados, sin embargo ellos son medios reemplazables por otros pares. Por eso, su detención apenas roza a los poderosos narcos que, libres y preservados, continuarán negociando con la salud y las vidas de las personas. Para el narco cada mula es un objeto que almacena su valiosa mercancía, su vida nada importa, solo es relevante que lleguen las cápsulas a su destino y sin la menor pérdida económica. Es un negocio multimillonario que juega con la vida y la muerte. Melina N. Gancedo Lic. En psicología.
jueves, 21 de septiembre de 2017
martes, 19 de septiembre de 2017
LA SILLA ELECTRICA
La silla eléctrica fue inventada por Harold P. Brown, un dentista, empleado de Thomas Edison, contratado para investigar el tema de la electrocución y para el desarrollo de la silla eléctrica. Ya que Brown trabajó para Edison, y Edison promovió el trabajo de Brown, el invento de la silla eléctrica a menudo se adjudica, erróneamente, al propio Edison. El diseño de Brown estaba basado en la corriente alterna (CA), la cual aparecía como la alternativa a la corriente continua (CC) desarrollada por Edison pero menos eficiente en lo que se refiere al transporte.
En 1886 el estado de Nueva York estableció un comité para determinar un nuevo sistema de ejecución que fuera más humano y que remplazase a la horca que era el método usado hasta entonces. Ni Edison ni Westinghouse quisieron que se eligieran sus sistemas eléctricos, porque temían que los consumidores no querrían tener su casa el mismo tipo de corriente eléctrica que servía para matar criminales.
Para demostrar que la corriente alterna era mas útil para las ejecuciones, Brown mató varios animales, incluyendo al elefante de un circo, durante las pruebas que hizo de sus prototipos. Asimismo ejecutó varios animales frente a la prensa como una forma de asegurar que la corriente alterna estaba asociada con la electrocución. Entonces se creó el vocablo “electrocución”. La mayoría de sus experimentos se llevaron a cabo en el laboratorio de Edison en 1888.
Aparentemente los experimentos dieron sus frutos y la silla eléctrica de corriente alterna se adoptó por el comité en 1889.
El primer ejecutado con la silla eléctrica fue William Kemmler; la ejecución se llevó a cabo en la Prisión Auburn en Nueva York el 6 de agosto de 1890. La primera mujer ejecutada fue Martha M. Place, en la prisión de Sing Sing el 20 de marzo de 1899. Ohio adoptó la silla eléctrica en 1897, Massachusetts en 1900, Nueva Jersey en 1906 y Virginia en 1908. En poco tiempo se convirtió en el método más generalizado de ejecución en los Estados Unidos, y lo fue hasta mediados de los años 1980 cediendo ante la popularidad de la cámara de gas que comenzó a funcionar en los años 1950.
Un récord nada feliz se fijó en una noche de julio de 1929 cuando siete personas fueron ejecutadas una después de otra en la penitenciaria estatal de Kentucky en Eddyville. Fue la mayor electrocución masiva en la historia de los EE.UU.
Fueron ejecutados mediante electrocución Julius Rosenberg, Ethel Rosenberg, Ted Bundy y Leon Czolgosz.
La silla eléctrica dejó de usarse cuando los legisladores buscaron métodos de ejecución más humanos. La inyección letal se volvió el método más popular.
TEHUACANAZOS, CHOQUES ELÉCTRICOS Y MAS MÉTODOS DE TORTURA USADOS EN MÉXICO
Hay una botella con agua gasificada sobre la mesa. Al centro y a media luz, una persona se encuentra en una silla con los brazos atados por detrás. No puede moverse, menos defenderse. La tortura está a punto de comenzar.
Agitan la botella y amenazan. A la víctima se le exige que hable, que confiese. Las suplicas desgarradoras cada vez son más altas, pero no logran sensibilizar a los torturadores. Al no conseguir que “hable por las buenas”, el agua, empujada por el gas, se le introduce por la nariz.
Conocido como “tehuacanazo”, este es uno de los métodos de tortura más practicados en México, aunque no es el único. Hoy, en el marco del Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, vale la pena recordar esta práctica, lamentablemente generalizada en nuestro país.
No perdamos de vista que con la tortura también se fabrican culpables y, además, se simplifican las tareas de investigación del Estado. En 2015, Juan E. Méndez, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indicó que “aún persiste en México una situación generalizada del uso de la tortura y los maltratos”, luego de presentar un informe sobre “La Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes”, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Tengo la obligación de decir al gobierno de México, pero también a la sociedad mexicana, que hay una especie de endemia de la tortura que hay que corregir”, sentenció Juan E. Méndez. Y es que, así como nos fue fácil imaginar cómo se realiza un “tehuacanazo”, también lo vemos como algo “normal” entre las maneras que se tienen para encontrar al culpable en un caso específico.
El "tehuacanazo" no es el único método que se utiliza en la actualidad con el objetivo de intimidar y obtener información de una manera más rápida y sin involucrar un trabajo de investigación más exhaustivo. Las prácticas intimidantes van más allá de una botella con agua mineral.
La semiasfixia también es una práctica común en la tortura actual. A la víctima se le colocan bolsas de plástico o trapos mojados en la cara para simular ahogamiento. La privación del sueño también se realiza como forma de tortura, aunque en algunos centros ilegales, como los retiros clandestinos en donde “curan” la homosexualidad en México, es muy utilizada.
En este método, la víctima es colocada en una habitación iluminada en la que tiene que permanecer despierta por muchas horas. Apenas cierre los ojos unos segundos, es golpeada y obligada a permanecer en posturas sumamente incómodas.
Otro método es el conocido como “la horca invertida”. Con una bolsa en la cabeza y con las manos atadas por detrás, la víctima es elevada con ayuda de una polea que va colocada en las muñecas. Mientras más alto, más peligroso, ya que el peso del cuerpo provoca que se disloquen los hombros.
Los animales también son utilizados para la práctica de la tortura en México. Perros de caza, hambrientos y enojados, son usados para intimidar a las víctimas, quienes desnudas y con los perros casi devorándolos, confiesan sean o no culpables de lo que se les acusa. Las pistolas que provocan descargas eléctricas de hasta cincuenta mil voltios o la exposición a periodos largos con sonidos de elevados decibeles, también son parte de la tortura a la que se somete a las víctimas en México. Ambas prácticas se les realizan con los ojos vendados y las manos atadas, para provocar desorientación y confusión mental.
Amnistia Internacional la condena y los mexicanos la ven como algo cotidiano en el país. Una encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), realizada en 2014, reveló que 82 de cada 100 personas piensan que la tortura en México es algo normal y que, además, consideran que son los policías quienes la comenten en mayor porcentaje.
La tortura se sigue y no se castiga, no se investiga, continúa impune. Los ojos del gobierno parecen estar cerrados ante este problema que es grande y crece aún más con el paso de los años.
Laura Corona-Almaraz.
FOTOGRAFÍAS DE LOS ASESINATOS MAS TERRIBLES DE LA MAFIA.
La mafia se posicionó como un grupo de poder en los Estados Unidos. Ciudades como Nueva York o Chicago, con especial énfasis en los barrios italianos, experimentaron un cambio en su ritmo vital. De repente, al escenario de drogadicción, prostitución y vicios por doquier de todo suburbio marginado, se añadió una batalla por la conquista del territorio y la supremacía entre pandillas y organizaciones criminales.
La enmienda Constitucional de 1920 prohibió la venta, distribución y producción de bebidas alcohólicas en los Estados Unidos. Un clima de conservadurismo aseguraba que los principales males de la sociedad habrían de marcharse una vez que las bebidas con contenido etílico dejaran de circular en las calles. El hecho provocó un desencanto generalizado en todas las esferas que componían a la incipiente sociedad norteamericana e influyó poderosamente en el auge de las mafias italianas en los suburbios de grandes ciudades estadounidenses.
Las mafias se hicieron del poder y no hubo más ley que los códigos de honor heredados desde sus orígenes sicilianos. Entre todos ellos, el más importante es el omertá, que significa el silencio total sobre las actividades delictivas que se realizan desde la mafia. La violación de este principio puede castigarse con la muerte y significa perder el honor de pertenecer a alguna de las corporaciones criminales.
La historia de la mafia norteamericana ha sido motivo de distintas producciones cinematográficas, obras literarias y leyendas sobre los grandes hombres que controlaban los negocios sucios que aún se mantienen en el ideario colectivo. La Cosa Nostra fue una de las más famosas organizaciones criminales que se asentó en los Estados Unidos, conocida por su frialdad para vengarse de sus enemigos y traidores.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)