LOS SERVICIOS DE CRIMINALÍSTICA Y EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN DE LA ESCENA DEL DELITO.
LIC. ISHIAR RAMÍREZ ÁLVAREZ
LIC. EN CRIMINOLOGIA/PERITO EN CRIMINALISTICA DE CAMPO/ C&C/IF
PIEDRAS NEGRAS COAHUILA MEXICO
LIC. EN CRIMINOLOGIA/PERITO EN CRIMINALISTICA DE CAMPO/ C&C/IF
PIEDRAS NEGRAS COAHUILA MEXICO
ASPECTOS ÉTICOS Y RELATIVOS A LA DIGNIDAD HUMANA
Independientemente de las leyes, normas y reglamentos, los códigos de conducta profesional enuncian las obligaciones éticas del personal que trabaja en la escena del delito.
Esos códigos suelen destacar la importancia de actuar con esmero y profesionalidad (diligencia debida), objetividad (“tome las pruebas por lo que muestran, no por lo que piensa que muestran”), amplitud de criterios e imparcialidad (“puede que usted no sea independiente de la policía, pero es imparcial”).
En el supuesto de que se produzca un conflicto entre la conservación de las pruebas y la posibilidad de salvar una vida humana, siempre se dará prioridad a la atención médica urgente.
Los códigos de conducta también se ocupan de la necesidad de respetar a las personas y su dignidad humana al examinar y recoger pruebas materiales de los cadáveres o las personas vivas, y la esfera íntima de las víctimas. Esto incluye el control y la gestión de los medios de comunicación.
CONSIDERACIONES RELATIVAS A LA SALUD Y LA SEGURIDAD
El personal que trabaja en la escena del delito puede estar expuesto a diversos riesgos relacionados con la salud y la seguridad. No todos los riesgos son evidentes de inmediato, y algunos pueden surgir durante el desarrollo de la investigación.
Los eventuales riesgos pueden tener diversas causas:
• Productos químicos (tanto los que se encuentran en la escena del delito, como por ejemplo, en el caso de los laboratorios clandestinos, o los productos químicos utilizados como parte de la investigación);
• Materiales biológicos (por ejemplo, la sangre y los fluidos corporales pueden presentar un riesgo de contraer el VIH/SIDA y otras infecciones);
• Explosivos sin detonar (por ejemplo, las armas trampa);
• Armas de fuego;
• Factores medioambientales (por ejemplo, el exceso de calor o frío);
• Estructuras poco seguras (especialmente al recoger pruebas en escenas donde ha habido un incendio o ha explotado una bomba);
• Entorno inseguro (por ejemplo, cuando el delincuente sigue estando presente en el lugar de los hechos);
• Otros riesgos: objetos punzantes, riesgos radiológicos, nucleares y eléctricos, gases,
etc.
Los procedimientos destinados a preservar la salud y la seguridad son los temas más importantes que han de considerarse al llegar a la escena del delito, y deben ser prioritarios durante todo el proceso. Tal vez sea necesario suprimir o eliminar los riesgos para la salud y la seguridad antes de iniciar la investigación. Estos procedimientos incluyen el suministro de botiquines de primeros auxilios, vestimenta que garantice una protección adecuada (por ejemplo, casco, guantes…), el equipo adecuado, pero también las intervenciones necesarias de los bomberos y/o la ayuda psicológica posterior a la investigación, ya que la escena del delito puede entrañar situaciones emocionalmente difíciles.
Además de los riesgos presentes en la propia escena del delito, el personal de laboratorio puede estar expuesto a riesgos al recibir objetos recogidos en ella. El personal que trabaja en dicha escena desempeña un importante papel para reducir al mínimo los riesgos para las personas que manipulen ulteriormente durante el proceso criminalístico las pruebas recogidas (por ejemplo, al utilizar envases y etiquetas de advertencia adecuados).
Esos códigos suelen destacar la importancia de actuar con esmero y profesionalidad (diligencia debida), objetividad (“tome las pruebas por lo que muestran, no por lo que piensa que muestran”), amplitud de criterios e imparcialidad (“puede que usted no sea independiente de la policía, pero es imparcial”).
En el supuesto de que se produzca un conflicto entre la conservación de las pruebas y la posibilidad de salvar una vida humana, siempre se dará prioridad a la atención médica urgente.
Los códigos de conducta también se ocupan de la necesidad de respetar a las personas y su dignidad humana al examinar y recoger pruebas materiales de los cadáveres o las personas vivas, y la esfera íntima de las víctimas. Esto incluye el control y la gestión de los medios de comunicación.
CONSIDERACIONES RELATIVAS A LA SALUD Y LA SEGURIDAD
El personal que trabaja en la escena del delito puede estar expuesto a diversos riesgos relacionados con la salud y la seguridad. No todos los riesgos son evidentes de inmediato, y algunos pueden surgir durante el desarrollo de la investigación.
Los eventuales riesgos pueden tener diversas causas:
• Productos químicos (tanto los que se encuentran en la escena del delito, como por ejemplo, en el caso de los laboratorios clandestinos, o los productos químicos utilizados como parte de la investigación);
• Materiales biológicos (por ejemplo, la sangre y los fluidos corporales pueden presentar un riesgo de contraer el VIH/SIDA y otras infecciones);
• Explosivos sin detonar (por ejemplo, las armas trampa);
• Armas de fuego;
• Factores medioambientales (por ejemplo, el exceso de calor o frío);
• Estructuras poco seguras (especialmente al recoger pruebas en escenas donde ha habido un incendio o ha explotado una bomba);
• Entorno inseguro (por ejemplo, cuando el delincuente sigue estando presente en el lugar de los hechos);
• Otros riesgos: objetos punzantes, riesgos radiológicos, nucleares y eléctricos, gases,
etc.
Los procedimientos destinados a preservar la salud y la seguridad son los temas más importantes que han de considerarse al llegar a la escena del delito, y deben ser prioritarios durante todo el proceso. Tal vez sea necesario suprimir o eliminar los riesgos para la salud y la seguridad antes de iniciar la investigación. Estos procedimientos incluyen el suministro de botiquines de primeros auxilios, vestimenta que garantice una protección adecuada (por ejemplo, casco, guantes…), el equipo adecuado, pero también las intervenciones necesarias de los bomberos y/o la ayuda psicológica posterior a la investigación, ya que la escena del delito puede entrañar situaciones emocionalmente difíciles.
Además de los riesgos presentes en la propia escena del delito, el personal de laboratorio puede estar expuesto a riesgos al recibir objetos recogidos en ella. El personal que trabaja en dicha escena desempeña un importante papel para reducir al mínimo los riesgos para las personas que manipulen ulteriormente durante el proceso criminalístico las pruebas recogidas (por ejemplo, al utilizar envases y etiquetas de advertencia adecuados).
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