Como se ha mencionado, para poder determinar lo que ha sucedido y reconstruir lo sucedido, es imprescindible estudiar el lugar del hecho así como la recolección de todos los indicios, lo cual es materialmente imposible cuando la escena del crimen no ha sido protegida y conservada adecuadamente, es de aquí la importancia de mantener la cadena de custodia.
Para poder proteger y preservar correctamente el lugar, es necesario que la primera corporación policíaca que tenga conocimiento de un presunto hecho delictivo cuide que nadie toque o mueva nada del lugar, teniendo en cuenta dos posibilidades: que el presunto delito se haya llevado a cabo en un espacio abierto o en un espacio cerrado o mixto.
Es importante mencionar que la primera autoridad policial que llega al lugar de un presunto hecho delictivo es la policía preventiva, y que de ellos depende no sólo la protección del lugar, sino también prestar auxilio a la víctima o víctimas cuando esté dentro de sus posibilidades; además debe mantenerse alerta previniendo que el autor del crimen regrese o permanezca cerca.
Al proteger y conservar el lugar de los hechos se persigue un fin inmediato y otro mediato. El primero consiste en intentar que el escenario del delito permanezca tal cual lo dejo el infractor, a fin de que toda la evidencia física conserve su situación, posición y estado original.
Los principios fundamentales del proceso criminalístico incluyen:
1. Protección del lugar de los hechos.
2. Observación del lugar de los hechos.
3. Fijación del lugar de los hechos.
4. Levantamiento de indicios.
5. Suministro de indicios al laboratorio.
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