jueves, 31 de agosto de 2017

LAS SIETE FACES DEL PROCESO MENTAL DEL ASESINO EN SERIE

El asesinato y el homicidio es un comportamiento que ha estado presente en la evolución de la humanidad, y se ha utilizado como un marcador de épocas: la muerte de un Papa, de un rey, los genocidios amparados en una causa ideológica. Los asesinos en serie (AS) han estado presentes en todos los momentos de nuestra historia y en todas las culturas y civilizaciones, de modo que no se trata de un fenómeno actual, sino que se trata de un fenómeno que se ha repetido a lo largo del tiempo. Los asesinatos seriales se empezaron a estudiar de forma sistemática y creciente en los años 50 en Estados Unidos (FBI)  y actualmente se define al asesino en serie como aquel asesino que genera tres o más víctimas, de forma sucesiva y con periodos de “enfriamiento emocional” intermuerte. Los asesinos en serie actúan buscando la satisfacción de sus necesidades y utilizan la violencia para conseguirlo seleccionado la mayoría de las veces, cuidadosamente  a sus víctimas. Los asesinos en serie son artistas del terror
Holmes y Deburguer (1999) definen al asesino en serie como un individuo que:
  • Mata reiteradamente y comete más de tres asesinatos.
  • Normalmente mata en solitario.
  • Cada vez que mata, mata a una sola persona.
  • No suele tener ningún tipo de vínculo con la víctima.
  • Actúa en diversos momentos, pasando por pausas o intervalos de enfriamiento, que pueden ser días, semanas, meses o años.
  • Actúan como depredadores: acechan, se acercan y matan.
La conducta criminal  o el proceso homicida de los asesinos seriales pasa por siete fases, como bien ha determinado el Dr. Joel Norris (1988), Fergurson, White, Cherry, Lorenz Bhimani (2003) o Silva y Torre (2004) aunque no siempre es así:
1.- Fase áurea: El proceso comienza cuando un potencial asesino comienza a retrotraerse y a encerrarse en su mundo de fantasías, que normalmente giran alrededor de la muerte, la violencia y el sexo. Este sujeto tiene su propio rol dentro de esa fantasía y crean otra realidad, una en la cual ellos tienen el control total y no se sienten amenazados, sino dominantes. Esa fantasía puede satisfacerlos momentáneamente, pero la mayoría de las veces es insuficiente siendo esa fantasía la que les impulsa a matar a sus víctimas de una manera extremadamente cruel y violenta. Externamente su apariencia y su conducta es de total normalidad, pero en su cabeza existe una zona oscura donde el crimen se va gestando. Su contacto con la realidad se debilita y gradualmente surge la necesidad de liberar sus fantasías homicidas que se convierten en una pulsión. Dennis Lynn Rader alias BTK (bind, torture, kill) dibujó e hizo bocetos en papel de cómo tenía que quedar inmovilizada una víctima, para así después poder torturarla a su placer y matarla.
2.- Fase de pesca: el asesino comienza la búsqueda en lugares donde cree que puede hallar el tipo de víctima de sus fantasías. Puede ser un parque público, una zona de prostitución, un colegio o una estación de tren. Probablemente, en alguno de esos lugares termine por marcar su blanco. Es en esta fase donde selecciona a la víctima idónea.
3.- Fase de seducción: en algunos casos el asesino ataca por sorpresa, de modo que atrapa una víctima en la calle o bien entra en una vivienda y mata a su víctima. Sin embargo con frecuencia siente un placer especial en atraer a sus víctimas generando en ellas una falsa sensación de seguridad, burlando su autoprotección o incluso propiciando encuentros casuales. Algunos utilizan su atractivo físico y su apariencia inofensiva para convencer a una mujer o a un niño de que suban a su coche y otros utilizan promesas como el dinero o un buen trabajo. En esta fase el asesino en serie utiliza su capacidad para mentir y engañar.
4.- Fase de captura: en esta fase se cierra la trampa y el asesino secuestra a su víctima. Se trata de un sádico juego en el que el asesino en serie suele disfrutar, ya que es como la trampa que se tiende a un animal inofensivo. Es el momento en que la mujer que ha subido al coche de un desconocido, se da cuenta que van en la dirección equivocada o el momento en que la jovencita a la que han invitado a una cena romántica se da cuenta que la puerta no se abre. El asesino observa atentamente las reacciones de la víctima y disfruta con su miedo.
5.- Fase del asesinato: en esta fase el asesino mata a la víctima siempre por medios violentos. Si el asesinato es un sustituto de sexo, como suele ser frecuente, el momento de la muerte es el clímax, lo que el asesino buscaba desde el momento en que comenzó a fantasear. Aquí cada asesino disfrutará con sus preferencias homicidas utilizando distinto métodos según su perfil: unos estrangulando, otros golpeando o acuchillando, disparando, asfixiando, torturando, etc. En esta fase es donde el AS obtiene su mayor placer al hacer realidad la fantasía gestada en su mente.
6.- Fase fetichista: el asesinato les ofrece un intenso placer, pero efímero. La fantasía que se ha generado en la mente del asesino es muy intensa pero la muerte de la víctima es más “corta” en el tiempo de ahí que uno de los aspectos más llamativos, es el hecho de que algunos de esos asesinos seriales, se lleven un objeto de la víctima o incluso una parte de la víctima, como joyas, ropa, un mechón de pelo, o hagan fotografías o videos. Otros guardan recortes de periódicos o graban las noticias de sus crímenes que se difunden por televisión. Siempre son objetos muy personales y con un significado especial para el asesino. Esta actitud la llevan a cabo los asesinos organizados y ha sido ampliamente estudiada por el FBI. Fue Robert Ressler quién comenzó a hablar de estos objetos como “trofeos” ya que ese parece ser el significado que tienen para estos asesinos. El objetivo es poder rememorar el crimen cometido. A través de la visión, el tacto o el olor de ese “trofeo” el asesino revive paso a paso como cometió el asesinato, el terror que sintió la víctima, lo que sufrió, si se resistió, cuánto tiempo tardo en morir.  Así la fantasía se mantiene más tiempo y de manera más gratificante ya a través de los sentidos perciben objetos que le recuerdan el momento del crimen. Rememorar cada instante de sus actos le puede llegar a producir un gran placer y en algunos casos puede incluso sentir más placer que durante la comisión del propio asesinato. Esta búsqueda de la rememoración del crimen y alargamiento del placer explica también porque algunos de ellos vuelven a la escena del crimen una vez ha sido acordonada por la policía. Cuando a Ted Bundy se le preguntó que porque tomaba fotografías de sus víctimas contesto que “Cuando trabajas duro para hacer algo bien, luego no quieres olvidarlo”.  Cuando en España se detuvo a José Antonio Rodriguez Vega (El asesino de anciana) la policía registró su apartamento y encontraron un cuarto tapizado en color rojo en el que había una estantería con objetos que había sustraído a sus víctimas: relojes, figuras de porcelana, floreros, ceniceros.
7.- Fase depresiva: llega tras el asesinato y puede incluso generar ideas suicidas en el asesino, puesto que con esa muerte no ha obtenido la gratificación con la que fantaseaba. Sin embargo la respuesta más frecuente es un renovado deseo de matar y comienza a planear su siguiente asesinato. Esta es la fase de enfriamiento durante la cual el asesino en serie deja de matar.
Tras cometer un asesinato los AS experimentan una sensación de alivio y tranquilidad, pero son sensaciones efímeras y duran poco tiempo en su memoria. De nuevo vuelven a refugiarse en sus fantasías y disfrutan planeando un nuevo crimen que sea más perfecto y más gratificante y placentero que el anterior. La víctima no es importante, puesto que solo es el elemento necesario para que su fantasía pueda hacerse realidad. Lo peor es que idealizan ese pensamiento de manera obsesiva de modo que nunca están satisfechos con el asesinato cometido porque no lo consideran tan perfecto como el que ellos han dibujado en su fantasía y quieren volver a matar para corregir errores. Por eso ellos por si mismos nunca dejaran de matar a no ser que se les detenga.

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