PROSTITUCIÓN INFANTIL
Rafael Salvador Torres.
Lic. Criminología y Política Criminal.
Cd. Juárez, Chihuahua, México.
C&C Equipo Viernes
Lic. Criminología y Política Criminal.
Cd. Juárez, Chihuahua, México.
C&C Equipo Viernes
Prostitución infantil
Por prostitución infantil se entiende el uso de niños en actividades sexuales a cambio de una remuneración o cualquier otro tipo de retribución (por ejemplo regalos, comida o vestimenta). Esta actividad se inscribe también bajo el término explotación sexual. Estos niños trabajan en las calles o en establecimientos como burdeles, discotecas, centros de masajes, bares, hoteles o restaurantes. (Humanium.org)
Por prostitución infantil se entiende el uso de niños en actividades sexuales a cambio de una remuneración o cualquier otro tipo de retribución (por ejemplo regalos, comida o vestimenta). Esta actividad se inscribe también bajo el término explotación sexual. Estos niños trabajan en las calles o en establecimientos como burdeles, discotecas, centros de masajes, bares, hoteles o restaurantes. (Humanium.org)
La prostitución infantil es un problema que existe en todo el mundo y su incidencia aumenta con el paso del tiempo, son un negocio lucrativo y es relativamente fácil aprovecharse de los niños por su fragilidad, es decir por ser víctimas que ofrecen poca resistencia.
Para quienes buscan tener relaciones sexuales con menores, la motivación de esta conducta desviada suele ser un sentimiento de poder sexual o económico, buscan experiencias nuevas, muchas de ellas a raíz de mitos o creencias al entorno de “la pureza” y “propiedades curativas” que ofrece el tener relaciones con menores de edad.
La explotación sexual infantil, como lucro genera en el ámbito turístico internacional, una fuerte demanda, ya que muchos lugares reciben una gran cantidad de turistas con fines sexuales, muchas veces al amparo de las autoridades corruptas, y no solo este tipo de turistas son los que gozan de esta actividad, también los viajeros de negocios, trabajadores migratorios, turistas y trabajadores locales, todo aquel que pueda pagar por estos servicios. Esta actividad no es exclusiva de pederastas, muchas ocasiones son personas que no van con ese fin, pero al tener la oportunidad y saberse impunes lo hacen.
En Kenia, por ejemplo, un encuentro sexual con una niña de menos de 16 años puede costar aproximadamente 20 euros. Sin embargo, los precios pueden llegar a los 60 euros según el caso. Mientras tanto, un keniata gana de media tan sólo cuatro euros al día. (Humanium.org)
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